CAPITULO 37. Escrito por: EMILI BALAGUER


(* Silvia *)


Emilio camina deprisa. Es de noche y llega tarde. Mira al reloj.
Emilio: No sé para que he perdido el tiempo con esa mujer... Nunca debí querer hablar con ella, yo que quería tratar de averiguar algo, saber porque si es mi hija una prueba de sangre ha confirmado que es hijo de Leandro. El chico no puede evitar sentirse culpable:
--¡¡Es mi hijo!! ¡¡¡Ese bebé es mi hijo y yo estoy permitiendo que jueguen con él!!! ¡¡¡¿¿Que clase de persona soy yo??!!! ¡¡¡Es mi sangre la que corre por las venas de ese muchachito...!!!
Emilio se lleva las manos a la cabeza:
--¡¡Que clase de hombre soy yo que he permitido que se jugara con mi hijo!! ¡¡¡Mi hijo!!! ¡¡He puesto a mi hijo en manos de esa loca!!
Emilio está muy aturdido:
--¡¡Pero esa mujer me va a destruir, a mi y seguro que también a Axel!!
Piensa en Claudia.
--Que extraña mujer, ¿Por qué me haría tantas preguntas? Hice bien en no responder... ¡¡No puedo fiarme de nadie!! ¡¡¿¿Y si era una aliada de Cristal??!! A lo mejor ella la ha puesto en mi camino para saber si soy un bocafloja a o no... 
De repente alguien pone sus manos sobre sus hombros. Emilio se sobresalta. Grita de pánico. Está seguro que Cristal mandó a alguien para hacerle algo.



(* Doctor Mike *)


Jessica está en la cama de Mike. Lo mira a él mientras se viste. Lo mira fascinada. Mike no lleva camisa, solo los pantalones. Se sube la cremallera.
Mike: ¿Es que no te piensas vestir nunca? Va que te llevo a tu casa...
La mujer lo mira fascinado.
Jessica: Me estaría toda la vida contigo... no me quiero ir... Me gustaría pasar alguna noche contigo...
Mike agarra la camisa y dice.
Mike: Mira, lo que quedamos es sólo lo que te doy... No me pidas más... Yo te hago el favor y tú eres aliada de Cristal...
Jessica: ¿Sólo por eso? ¿Te acuestas conmigo como favor? ¿Es que ni te gusto?
Mike se lleva las manos a la cabeza:
Mike (con cierta ironia) ¡Mira guapa --con cierta ironía-- lo mío es el sexo, a mi no me vengas con romanticismos baratos... tú me das lo que yo quiero y yo lo que a ti tanto te gusta y necesitas y si no te parece bien pues mamita... a volar...!
Jessica. se levanta, va desnuda y es que trata de seducirlo. Lo abraza con desesperación:
Jessica: ¡¡No me hagas esto!! ¡¡Mira que sin tí ya no podría vivir...!! 
El hombre resopla resignado.
Mike (para si mismo): Ay, que ver lo fastidiosa que pueden llegar a ser las viejas... lo que hay que hacer por dinero... pero tengo a Cristal en mis manos... me tendrá que dar mucho dinero...
Jessica al sentir de nuevo el cuerpo de Mike. Ese hombre le gusta mucho. Es más, la tiene loca. Mike se aparta de ella intentando disimular un poco el desprecio que siente por ella y le tira la ropa.
--Venga va... ¡¡no te hagas de rogar...!!
Jessica no lo quiere enojar. Ella se viste. Él le da la espalda para mirarse al espejo y arreglarse el pelo. La mujer mira con deseo al guapísimo doctor.
--Este hombre esta como quiere... No puedo ser tonta como para dejarlo escapar... Yo sé que no me quiere... pero sea por lo que sea... Ya es mucho que haya logrado meterlo en mi cama... Y lo mejor es que no se cuida porque cree que lo haga yo... ¡¡No tengo que hacerlo enfadar... al contrario... pase lo que pasa tengo que lograr que me haga el amor cuantas más veces más... así me aseguro que no fallaré y cuando me quede embarazada él se tendrá que casar conmigo
¡¡¡Ya no voy a ser más una vieja solterona... seré una señora casada!!! ¡¡Y con que hombre¡¡
Cuando Mike se gira mira sorprendido a Jessica. Sus ojos brillan.
Mike: ¿Que planeas?
Jessica:  Nada, nada... Ya me visto... Sólo es que pensaba que para mi es muy importante acostarme contigo pero sé que para ti sólo es eso por eso me portaré bien y bueno lo hemos hecho y me voy.... ¡No te quiero meter en problemas!
Mike: Pues me alegro... si es así te dejaré disfrutar siempre que quieras de mi...
Jessica no puede ocultar su alegria.


(* Axel *)


Emilio se gira asustado.
Emilio: ¡¡No me hagan daño...!! --le grita a la persona que le ha puesto la mano en el hombro.
Axel: Hermano... ¿Que te pasa?
Emilio se quita un buen peso de encima al ver que es su hermano.
Emilio: Axel.... me diste un buen susto.
Axel: ¿Que es lo que te pasa? ¿A que le temes?
Emilio (nervioso): ¡¡A nada!!
Axel le pone la mano en la nuca muy fraternalmente.
Axel: A mi no me mientes... ¿Una persona te está haciendo daño? ¿Te sientes amenazado? No me gusta nada ese mundo en el que estás metido seguro que...
Emilio no le deja seguir.
Emilio: -¡¡No... en mi mundo, como tú lo llamas, somos buena gente... es en otro lado dónde está la basura!!
Axel: Perfecto... ya nos vamos entendiendo... Pues si no es en ese bar... ya me dirás que es lo que te da miedo...
Emilio no se atreve a mirar a la cara a su hermano. Le daría mucha pena que él supiera todo lo que ha hecho por cobardía.
Emilio: No es nada seguro y ya me tengo que ir... tengo que trabajar...
Axel lo agarra del brazo:
Axel: Yo te acompaño... Quiero verte actuar...
Emilio: Ya sabes que no me gusta que vengas...
Axel: Seguro que es eso lo que te tiene mal, no se puede vivir en una mentira... yo creo que lo que tú tienes que hacer es decir toda la verdad... ¡¡Quien te quiera no te va a juzgar!!
Emilio: Si sabes que los viejos no me van a entender. Y ya sí me tengo que ir...
Emilio da un beso a su hermano y se va dejando a Axel preocupado.
Axel: Y este le pasa algo y yo tengo que averiguar el qué.


(* Leandro *)


Leandro está aparcando en lo que fue "la farra de Lorenzo". El auto está aparcado en el mismo lugar en el que Paola y él hiceran el amor hace apenas unos días. Se estremece todo a recordar sus besos, sus caricias... Se toca los labios:
--Paola mi amor... ¿Como es posible que si te entregaste a mi te fuera lejos de mis brazos como si yo no significara nada...?
Leandro sale del auto. Se acerca a la puerta. Trata de entrar pero está cerrada. Pone su mano en la puerta. Recuerda esa última noche con Paola.
--Luego entramos aquí recordando como nació todo ese amor y fuiste mía durante toda la noche...
El rostro del guapo chico se llena de lágrimas.
--¡¡pero te fuiste... después te fuiste¡¡
Leandro golpea la puerta de la discoteca con rabia.
--¡¿¿porque compraste este sitio??! ¿Por qué? ¡¡¡Yo, en memoria de nuestro amor, no habría permitido que se cerrase!!! ¡¡¡Yo habría hecho grandes cosas!!! ¡¡¿¿Para qué la compraste??!! ¡¡¡Es que no signifiqué nada para ti y por eso te da igual lo que pasa con este lugar!!!
Lejos de allá, Paola no puede dormir. Es como si sintiera el dolor de Leandro. El recuerdo de aquella última noche la hace feliz pero también muy desgraciada.
--¿¿¡¡que clase de mujer soy??!! ¡¡¡Me acosté con el marido de mi amiga!!! ¡¡¡Soy una basura... soy de la peor!!! ¡¡Que vergüenza si Gaby se llega a enterar... no me lo podré perdonar jamás!!
Mientras Gaby sigue en el hospital pensando lo que ha sido su vida desde que regresó de España:
--Nunca debí regresar... Pero no puede permitir que una mujer tan mala y más cuando Paola es la mujer que él ama y ella lo ama a él... ¡¡No puedo ser injusta!! Leandro no me ama a mi y yo no lo amo a él. Leandro dejó a Paola porque yo estaba embarazada ahora que yo me alejo de su vida pues lo más lógico es que Paola se quede con él. Gaby con la ayuda de una enfermera llama a su amiga, a Paola le sorprende mucho recibir la llamada de su amiga y es que está segura que lo que quiere es reclamarle porque ha descubierto que se acostó con su marido pero no, Gaby lo que le dice es que deja a Leandro y que tiene el camino libre ella. Paola no da crédito a lo que dice su amiga.
Paola: No puedes hablar en serio... ¡¡Es tu marido!!
Gaby: Pero él te ama a ti...
El corazón de Paola late con fuerza.
Paola: Amiga yo... 
Gaby: Las lágrimas no la dejan seguir.
Aunque está feliz de que Leandro la ame no puede evitar sentirse culpable.
Paola: Lo siento tanto... yo no te quería separar de él...
Gaby: No, Paola... yo siempre supe que era tuyo pero me negaba a mi la realidad... perdóname tú por separarte de tu hombre...
Paola: ¿Y tus hijos?
Gaby: Contaran con él, como padre, pero, yo no lo quiero como marido... Yo quiero a un hombre que me ame y él no me ama...
Paola: ¿Y Cristal?
Gaby: Sé que la situación no es fácil... pero ella tampoco lo ama... ¿Es que tú no puedes aceptar a ese hombre con sus 4 hijos? Tú eres la única mujer que lo ama, que lo puede hacer feliz... Si amas a Leandro, dale una oportunidad...
Aunque lo que más quiere es volver con Leandro, Paola tiene dudas. Él sigue siendo el marido de su amiga, no quiere separar a un hombre de sus hijos, que son 4. Gaby la nota indecisa.
Gaby: Si no vuelves no te lo voy a perdonar... Yo estoy aún en el hospital... no sé como te fuiste ahora... Ven a verme... ni que sea para despedirme de ti... si no quieres ver a Leandro... tú misma...
Paola no puede responder en ese momento. Le hace demasiado feliz pensar que tiene el camino libre con Leandro pero aún así son muchas las dificultades. Le parece un sueño imposible el poder al fin estar junto al hombre que ama...
Al día siguiente, Leandro visita a Silvia.
Silvia: ¡¡Usted aquí otra vez!! ¡¡Ya le dije que no le voy a decir dónde está mi señora Paola!!
Con esa sonrisa y esa desesperación del guapo hombre a la mucama le cuesta mucho ser fiel a la promesa que le hizo a Paola pero lo hace. Leandro se va abatido. Justo cuando se está yendo, ve a Alberto entrar a la casa. Se muere de los celos.
Leandro: ¿¡Y ese tipo quien es?! ¡¿Qué hace visitando la casa de Paola?! No tiene pinta de ser un pretendiente de la mucama.
Los celos lo atormentan.
Leandro: ¡¡no, no... Paola está en Chile...!! ¡¡¿¿De qué me tengo que preocupar??!!
Silvia se sorprende al ver llegar a Alberto.
Silvia (Para si): La que me faltaba.
Él pone su mejor sonrisa.
Silvia: Lo siento pero mi respuesta es no...
Alberto: Pero si no sabés lo que te voy a preguntar...
Silvia: ¡¡Si lo sé... fuera!! ¡Está vez no voy a dejar que se meta en el cuarto de la señorita para que averigue si está o no!
Alberto: -Deja que al menos, entre en su cuarto, para ver sus cosas...
Silvia: ¡¡Que no sea pesado!! ¡¡El otro día ya lo tocó todo y ahora no le dejo!! ¡¡No vuelva más!!
Silvia va empujando a Alberto hasta que logra que salga de la casa. Luego suspira.
Silvia: Lo que daria yo porque un galán así se fijara en mi... ¡¡Con el tiempo que hace que no... nada!! ¡¡Ya ni sé lo que es un hombre!!
Dice la mucama con frustración. Suena el teléfono. Alberto estaba aún en la puerta. No se va al oír que es Paola. Se queda en medio de la puerta escucha que Paola regresa esa tarde. Silvia se pone muy contenta y Alberto también. Silvia se distrae hablando con Paola y no ve como Alberto roba unas llaves que están encima de una mesa y huye con ellas.
Alberto: Paola no va a huir más de mi, esta noche aclaremos las cosas...
A media tarde, Paola llega al hospital a visitar a Gaby.
Gaby: Viniste...
Paola: Si a ti no te importa... estoy dispuesta a luchar por el amor de Leandro...
Gaby: Claro que no... ese hombre es tuyo... que sorpresa le vas a dar cuando te veas... ¿Lo vas a buscar ya?
Paola: No, no... no sé... te vine a ver porque no me quedé tranquila... no quiero que pienses que soy una mala amiga pero aunque he decidido que no voy a renunciar a Leandro... no estoy segura... No le digas a nadie que estoy aquí... por favor...
Gaby trata de convencerla para que no pierda más el tiempo para que se vaya a buscarlo pero, Paola tiene miedo.
Paola: No sé... prefiero pensar bien las cosas...
Paola pasa por su casa, Silvia estaba como loca en la cocina buscando algo. Cuando la ve, le dice.
Silvia: ¡¡No se vaya a enojar conmigo... perdí las llaves de la casa y no sé como!!
Paola se ríe y la abraza.
Paola: (divertida) Sólo a ti se te ocurre preocuparte de esto ahora...
Silvia: Ya mañana manda cambiar la cerradura...
Paola se va a dar una ducha. No puede dejar de pensar en Leandro. Tiene muchas ganas de pasear por su Farra y le dice a Silvia que no se queda a cenar. Se va a esa discoteca en la que se enamoró de Leandro.


(* Silvia *)


Silvia está sola en la casa. Desde que Paola viajara a ella le gusta entrar en el cuarto de Paola para sentirse señora por lo menos en algunos momentos. Aprovecha esa noche ya que será la última vez. Le gusta mirarse al espejo con camisones que son de Paola. Alberto llega en ese momento. Ve prendida la luz de la recámara de Paola. 
Alberto: ¡¡Ya llegó... ya llegó!!
El hombre lleva un ramo de rosas. Entra con las llaves que robó. Camina hacia el cuarto de Paola. Ya Silvia una vez le dijo cual era así que conoce el camino. Silvia se sobresalta al oir pasos.
Silvia: ¡¡No es la señorita...!! ¡¡Seguro que son ladrones!!
Muy asustada, Silvia apaga la luz y se mete en la cama esperando que los ladrones pasen de largo. Cubierta de la cabeza a los pies con las cobijas Silvia tiembla al ver que alguien entra.
Silvia: (muy nerviosa) ¡¡Me van a matar... me van a matar!!
Alberto: Paola... ¿Ya estás dormida...? Soy yo... Alberto...
Silvia (para sí, muy sorprendida): ¿Y este que hace aquí?
Alberto: (seductor) Paola... hace unos segundos que tenías la luz prendida... ¿Es que me viste por la ventana? Seguro que es eso. Te gusta jugar eh... picarona... eso es una invitación para que me meta en tu cama...
Silvia está muy nerviosa...
Alberto: Voy a prender la luz... quiere verte desnuda...
Silvia (con voz ronca) ¡¡No, no lo hagas!!
Alberto: ¿Que te pasa en la voz?
Silvia: Estoy ronca...
Silvia tiene miedo de que si Paola sabe que se metió en su cuarto se enoje. Después hay un rato de silencio.
Silvia: (Piensa, para si, porque no pasa nada): ¿Que es lo que estará pasando? 
No sabe qué hacer cuando nota como Alberto separa las sábanas... no ve nada pero sí siente él cuerpo desnudo que la besa y la acaricia y le es imposible resistirse a tanta pasión. Se olvida de todo y deja llevar...

Paola está paseando por la farra de Lorenzo. Llora. Los recuerdos se le caen encima.
Paola: Gaby tiene razón... ¡¡no puedo perder más tiempo... lo tengo que buscar ya!! 
No imagina que Gaby ya ha llamado a Leandro para decirle que Paola está en Miami. Ella sólo tiene tiempo de decirle que la busque y él cuelga. No le da tiempo a que ella le explique que recién regresó. Leandro está atormentado por los celos. 
Leandro: ¡¡Paola está en Miami...!! ¡¡Entonces ese tipo la visitaba a ella!!
Como un loco, Leandro entra en su coche y va a casa de Paola.
Alberto está feliz después de hacer el amor con la que cree que es Paola.
Alberto (jadea): ¡¡Ha sido maravilloso...!!
Él ya no dice nada y prende la luz. Silvia salta de la cama tapada de la cabeza a los pies con una cobija y se encierra en el baño. Se mira al espejo sofocada.
Silvia: ¡¡¿Que es lo que hice?!! ¿Qué?
Pero el recuerdo del momento que ha vivido con Alberto la llena.
Silvia: ¡¡Díos mio... Nunca me sentí así!!
Alberto llama a la puerta del baño.
Silvia (distorsionando la voz): ¡¡vete... no te quiero volver a ver...!!
Alberto: ¿Que te pasa?
Silvia: ¡¡No, vete...!!
Alberto: Ya... todo esto es un juego erotico tuyo... bueno... mi amor... pues mañana nos vemos... Te dejo las flores que te compré sobre la cama... espero que te gusten...
Alberto se va feliz. Silvia se mira al espejo angustiada.
Silvia: ¡¡Ay que hice... ahora sí que me metí en un lío... cuando la señora Paola se entere me va a correr...!!
Alberto ha dejado la puerta de la cocina abierta y así Leandro a logrado entrar. Ve a Alberto bajando por las escaleras. Lo ve abrochándose los pantalones...
Leandro: ¿¿Tú?? ¡¡¡¿Qué haces aquí?!!
Alberto: ¡¡Yo soy el novio de Paola!! ¿¿Y tú??
Leandro: ¡No es cierto... Paola me ama a mi!
Los dos hombres se miran con rivalidad. Furioso Alberto le dice.
Alberto: ¡¡Si te ama a ti porque dejó que yo le hiciera el amor!!
Leandro lo mira con el rostro desencajado.
Leandro: ¡¡Eso no es cierto!!
Alberto: ¿De veras...?
Leandro, por la cara de gozo de Alberto, se da cuenta que no está mintiendo. Como un loco Leandro se lanza al cuello de Alberto y los dos hombres pelean como bestias. Silvia baja en ese momento, ya se ha vestido y lleva las rosas en la mano.
Silvia: ¡¡Largo... largo!! ¡¡O llamo a la policía!!
Leandro está muy herido. Mira a Silvia.
Leandro: ¡¡Dime que no es cierto que ese tipo es el amante de Paola...!! ¡¡Dime!!
Silvia se siente culpable pero le da demasiada pena reconocer que se aprovechó de la situación para acostarse con Alberto.
Silvia: ¡¡Fuera ya los dos!! ¡¡Paola no los quiere ver a ninguno de los dos!!
Alberto: ¡¡A mi sí me quiere ver!! ¡¡¡Recién hicimos el amor!!! ¿Y, qué haces tú con las flores que le compré a ella?
Silvia no sabe que hacer para que se vayan y dice golpeándoles con las flores.
Silvia: ¡¡Paola se cansa de los hombres luego de hacerles el amor...!! ¡¡Así que se largan los dos!!
Leandro se va de inmediato, llora sangre. Su dolor conmueve a Silvia. Alberto se queda gritando el nombre de Paola un rato y se va vencido. Silvia se hunde oliendo la única rosa que ha quedado entera.
Silvia: ¡¡¿¡Que estoy haciendo?!! ¡¡La regué...!! ¡¡Me comporté como una cualquiera y después aún lo estropeo más!! ¡¡Con lo buena que la señorita Paola ha sido conmigo!! ¡¡Es que cuando se entere de lo que le hice lo menos que me va a hacer es correrme!!
La mucama está desesperada.



(* Cristal *)


Leandro va al departamento de Cristal. Llama al timbre desesperado.
Cristal: ¡¡Ya, va!! ¡¡Ya va!!
El entra como una fiera y hacen salvajemente el amor. Luego él la mira muy triste.
Leandro: Te quieres casar conmigo...
Cristal: ¡¡Si... sí...!!
Los ojos de ella brillan de maldad. Él está deshecho. Paola ha pasado la noche en su auto esperado a Leandro delante de su casa y se va abatida ya que él no regresó en toda la noche.
Un mes después... Silvia, muy nerviosa, en todo ese tiempo no ha dejado que Alberto hable con Paola. Le corta las llamadas y cuando la visita lo echa casi a patadas.
Silvia: ¡¡Que Paola no lo quiere ver!!
Alberto: ¡¡Que clase de mujer es tu señora... después de acostarse conmigo... me rechaza...!!?
Silvia: ¡¡Vete, vete!! ¡¡Que no te quiere ver!!
Alberto: ¡¡Yo no voy a permitir esto...!!
Silvia está cada día más nerviosa.
Silvia: ¡¡No sé por cuanto tiempo más voy a poder aguantar esta situación!! ¡¡¡Algún día todo se va a descubrir!!!



(* Paola *)


Mientras, Paola habla con Gaby que ya está en España:
Paola: Leandro se me niega... no me quiere ver y bueno... para qué voy a hablar con él...
Paola se marea...
Gaby: ¿Paola? ¿Estás ahí? ¿Pasa algo?
Paola: Hace dias me siento mal, justo hoy recojo los resultados de unos analisis que me hice...
Paola abre los resultado al rato. Queda muy impactada.
Paola: Ahora sí que tendré que hablar con Leandro...... 
Paola entra a la fuerza en el despacho de Leandro. La secretaria se disculpa con él pero Paola ha entrado con demasiada violencia y es que Paola siente que Leandro es más suyo que nunca y está dispuesta a todo con tal de poder ser feliz con ese hombre. Leandro la recibe con mucho odio.
Leandro: ¡¡Creí que todo claro que no te quería ver!!
Paola: ¡Sí ya sé que estás enojado porque me fui a Chile pero estoy arrepentida!
Leandro la mira con mucho rencor. Quiere gritarle lo mucho que la odia pero también sabe que se haría demasiado daño así mismo y prefiere no verla. Está apunto de ponerse a llorar.
Leandro (dice, dándose la vuelta para que no vea que se le escapan las lágrimas): Vete.
Paola tiene un nudo en la garganta. Abraza a ese hombre por la espalda.
Paola: Leandro sé que hemos sufrido para ya esto pasó... Gaby está feliz que tú y yo nos casemos... y sé que tú es lo que quieres... Yo estoy embarazada...
Ella está segura que a Leandro le hará muy feliz la noticia. Lo que no esperaba es que él se girara con rencor y le dijera.
Leandro: ¡¡Tú eres una perdida...!! ¿¿Cual de tus amantes es el padre de tu hijo??
Paola: (no entiende nada) ¿¿Qué?? ¿De qué hablas?
Leandro: ¡¡Yo no me voy a casar contigo... me voy a casar con Cristal ella fue mi novia de siempre y no me ha engañado desde el principio como tú...!! ¿O se te ha olvidao como nos conocimos?
Paola: (sin entender el reproche ahora) ¡¡Tú me hiciste creer que eras pobre!!
Leandro: ¡¡Y tú a mi!! ¡¡¡Si hasta le quitaste la casa a la pobre de Silvia para acostarte conmigo!!! ¡¡¡Eres una perdida!!!
Paola: ¡¡Tú no eres mejor que yo!! ¿¿Cómo me juzgas a mi mientras que tú te estabas acostando con 3 mujeres a la vez...??
Leandro: ¡¡Eso ya es historia pasada!!
Paola: ¡¡No tanta porque con dos de esas mujeres has tenido un hijo y dentro de poco lo tendrás conmigo!!
Leandro: ¡¡Mientes!! ¡¡Nadie va a creer que yo he embarazado a las 3...!! ¿¿Que te crees que soy yo?? ¡¡Un reproductor sexual andante¡¡??
Paola: ¡¡Eres un ser despreciable!!
Leandro: ¡¡Si quieres nos sometemos a una prueba de sangre y si el hijo es mio, que estoy seguro que no lo es pues lo reconoceré pero, a ti, no te quiero volver a ver!!
Paola: ¡¡No, yo no necesito una prueba de sangre para saber de quien es el padre de mi hijo!! ¡¡Yo no voy a pasar por esa humillación!!
Leandro: ¡¡Claro, sabes, que el hijo que espera no es mío!!
Alberto, que ha ido para enfrentarse a Leandro seguro que es culpa de él que Paola no lo quiere ver, ha oído las palabras de la mujer.
Alberto (Feliz): Estás embarazada... ¿Ese hijo es mio, verdad?
Paola se ha quedado helada por las palabras de ese pretendiente suyo al que ya había olvidado. Leandro la mira con mucho desprecio.

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